Gestión del cambio: migrando hacia la electromovilidad segura en la industria
La electromovilidad se inserta en todos los ámbitos de la industria y por consiguiente es necesario preguntarse: ¿Qué aspectos de seguridad laboral y seguridad vial se deben tener en cuenta al momento de integrar la electromovilidad en la empresa?

Año tras año las tecnologías que aplicamos para vivir en un entorno más sustentable y sostenible entregan nuevos desafíos a quienes tienen la responsabilidad de poner a resguardo a las personas, los bienes y el medio ambiente. En efecto, la vorágine del desarrollo industrial muchas veces supera con creces los esfuerzos tanto del mundo público como privado por mantenerse actualizados y en ocasiones los efectos no deseados vienen con mucha posterioridad al uso ya generalizado de dichas tecnologías.
Hoy, el desarrollo de un sistema de movilidad que migra rápida y enérgicamente hacia la electromovilidad y el uso en general de vehículos de combustible alternativos a los fósiles genera nuevas condiciones de riesgo tanto en la vía pública como en áreas industriales privadas por lo que debemos estar preparados para poner a resguardo lo más importante, la vida, el medio ambiente y los bienes.
En 2018, las emisiones de GEI del sector transporte se contabilizaron en 28.615 kt CO2e, incrementándose en un 214,5% desde 1990 y en un 8,4% desde 2016. La principal causa de ello es el crecimiento del parque automotor, inducido por la expansión de la población, el mayor poder adquisitivo y el mejoramiento de la infraestructura vial en el país (Inventario de GEI, MMA, 2020).
Nuestro país ha avanzado bastante en el camino hacia la descarbonización en los últimos años estableciendo la meta de reducción del 30% de las emisiones del país a 2030 y la carbono neutralidad a 2050. Esta meta se logra basados en los siguientes pilares: cierre de centrales a carbón y energías renovables, eficiencia energética, hidrógeno verde y electromovilidad.


El incremento de los vehículos eléctricos de cero o baja emisiones, tal como ha sido la tendencia en los últimos años, durante el 2023 tuvo un incremento del 35% respecto al 2022 con un total de 9336 vehículos comercializados.
«Si analizamos los resultados por tipo de vehículo, los híbridos convencionales (HEV) crecieron 47,6% con 3.766 unidades vendidas, mientras que los vehículos microhíbridos (MHEV) aumentaron 23,8% con 3.197 vehículos.
Mientras que los modelos 100% eléctricos (BEV) se incrementaron en un 22,6% con 1.588 unidades y los híbridos enchufables (PHEV) subieron 6,8% con 506 inscripciones. Para ambas categorías, se trata del mejor año en la historia.» * Fuente: https://www.anac.cl/wp-content/uploads/2024/01/Informe-Cero-y-Bajas-Emisiones-Dic23-DatosV2.pdf
Precisamente el dato anterior nos da el contexto para encausar las acciones correspondientes en términos de seguridad laboral y seguridad vial entendiendo que es un buen momento para administrar el cambio en un parque automotor de cero o bajo emisiones cada vez mas grande.
La conducción de un vehículo consiste en una acción permanente y periódica para muchas empresas de diferentes rubros y actividades en nuestro país. Bajo esta realidad, necesariamente las y los trabajadores deben tomar conciencia de la responsabilidad que esta acción involucra, manteniendo en todo momento una actitud segura, siguiendo las normas del tránsito y haciendo un uso eficiente y criterioso del vehículo de trabajo. Es por este motivo que es estrictamente necesario que las empresas tomen todos los resguardos para velar por la seguridad de las personas y recursos de la empresa realizando las capacitaciones que sean pertinentes como por ejemplo: técnicas de conducción segura, conducción a la defensiva, conducción en condiciones climáticas adversas, etc. y manteniendo los vehículos en buenas condiciones de operación con su respectiva documentación al día.
Hoy día la forma de gestionar las acciones en seguridad vial en la empresa debe ser integral, coordinada y planificada. La seguridad vial debe entenderse necesariamente desde una perspectiva más holística y no en acciones segregadas o inconexas. Es así como el enfoque de sistemas de seguridad vial, debe reconocer que el transporte por las distintas vías públicas es un sistema complejo y debe considerar a la seguridad de las personas en su centro. Del mismo modo es importante tener en cuenta que los seres humanos, los vehículos y la infraestructura vial deben interactuar de una manera que garantice en todo momento un alto nivel de seguridad.
Si al difícil desafío de la seguridad vial le sumamos la incorporación de la electromovilidad, entonces el desafío crece en complejidad. En efecto, los vehículos de combustible alternativo, en este caso eléctricos, híbridos o pila de combustible hidrógeno, presentan nuevos riesgos asociados no solo a la operación, sino que a la respuesta tras colisiones. Hoy en día los recursos (infraestructura, equipos, conocimiento y preparación) de los equipos de respuesta a emergencia públicos aún no pueden entregar garantías al menos de una operación segura y por consiguiente eficiente en la respuesta a emergencias con este tipo de vehículos debido a múltiples factores, algunos ajenos a dichas instituciones. Ya en 2018 la NFPA actualizaba su guía de respuesta a incidentes con vehículos eléctricos luego de años de estudio a los diferentes incidentes que protagonizan este tipo de vehículos y la CTIF en 2019 junto con la ISO concluían la norma ISO 17.840 la primera norma mundial para bomberos.
Un ejemplo de esta problemática se presenta en los cuerpos de bomberos quienes acuden a las emergencias con vehículos como accidentes de tránsito, derrames o fugas de materiales peligrosos, fuego, etc. Hoy no cuentan con la información técnica (Ficha de Rescate) del vehículo eléctrico o híbrido de manera estandarizada, clara y oportuna para proceder a la deshabilitación y posterior extricación (de ser necesaria) de el o los vehículos involucrados, por otra parte, su estructura de capacitación es insuficiente, se encuentra desactualizada y no entrega garantías de acceso a nivel nacional en esta materia.


Respecto de la seguridad laboral y la electromovilidad la empresa debería procurar la capacitación correspondiente a los trabajadores que se encuentren involucrados de manera directa o indirecta con los vehículos eléctricos o híbridos (por ejemplo: conductores, peonetas, personal de servicio técnico o mantenciones, personal de seguridad o vigilantes), entregando la información necesaria en cuanto a los nuevos riesgos asociados al tipo de vehículo.
Desde la seguridad vial, y entendiendo que probablemente la empresa mantenga uno o más cargadores para sus vehículos eléctricos en sus dependencias (condición que sucede excepcionalmente con vehículos de combustión interna) debemos asumir que la IRVE (infraestructura de recarga del vehículo eléctrico) es un elemento más de la infraestructura vial pública y/o privada y se encuentra regulada por el RIC N°15 de la superintendencia de electricidad y combustibles (SEC) del Ministerio de Energía, ( http://Pliego-Técnico-Normativo-RIC-N°-15-INFRAESTRUCTURA-PARA-RECARGA-DE-VE-vDiciembre.pdf ) en donde se establecen los requisitos técnicos para el diseño, instalación y operación de dicha infraestructura, lamentablemente esta regulación no entrega los lineamientos de seguridad requeridos para uno de los mayores riesgos asociado a la recarga de vehículos eléctricos, el riesgo de incendio y el proceso de combustión asociado.

Para esta última condición será necesario un estudio acabado el cual indique la viabilidad de la instalación del IRVE en cuanto a materias de seguridad y protección contra incendio previo a la solicitud de instalación con tal de asegurar un alto estándar de seguridad en el punto de carga. Adicionalmente se debe incluir un procedimiento de carga segura del vehículo y un protocolo de inspección de seguridad de los elementos involucrados en el proceso de carga (cargador, cable, enchufe, señalización, elementos de seguridad, etc).
Construir una sociedad mas sostenible es también contruir una sociedad mas segura, por lo que deberíamos aplicar los mismos esfuerzos en sostenibilidad a la seguridad de las comunidades y las personas.